Cinco noches, que duelen como rastros de lágrimas secas,
es la distancia que hoy,
separa el toque mágico de tu piel
de mis dedos temblorosos
que a tientas y en absoluto silencio te quieren recorrer.
Cubrirse los ojos del sol y esperar,
sentarse resignado en el cordón de la calle y suspirar,
mirar repetidamente el reloj y anticipar,
nada mas me queda,
nada mas.
No comments:
Post a Comment